martes, 29 de septiembre de 2009

La receta

Summary: Arthur quiere ganarle la batalla a la Receta, simplemente no le resulta y llega el héroe en su rescate.


Advertencia: Este Fanfic no tiene relación con ningún país existente, armada u otra cosa. No está hecho con fines de lucro, sólo sacar a relucir mi retorcida mente. Este manga y anime no me pertenece, ni si quiera la luz con que funciona mi computador, que lo pagan mis papás en las mensualidades de la Universidad.


Dedicado a Jachy por dejarme ayudar en su blog :3


LA RECETA


ONE SHOT


USAXUK


By Meems Asakura



En la casa blanca, lugar de residencia de los personajes más importantes en la política norteamericana se encontraban Alfred F. Jones, el actual presidente de los Estados Unidos; con su mejor amigo Arthur Kirkland, de descendencia inglesa. Le encantaba ir a visitar a su amigo a la Casablanca, el problema era cuando decidía cocinar algo para el anfitrión ya que no sabía mucho de cocina que digamos.


Luego de un rato, se repetía la misma rutina, ya que allí estaba Alfred nuevamente haciendo de héroe frente a su británico amigo. Nunca había podido entender como Arthur cada vez que utilizaba la cocina hacía un desastre tal que terminaba explotando.


-¿Qué estabas cocinando?- Pregunto Alfred, sus gafas estaban totalmente llenas de polvo y su ropa también, pero definitivamente era el inglés el más perjudicado.


- No te lo diré – Arthur ya se había enojado, extrañamente había demorado más en enojarse porque él como un gran héroe lo salvara.


- ¿Por qué tan malo? – Alfred limpio sus anteojos y miro con esa típica cara de perrito que ponía cada vez que quería obtener algo.


- No te lo diré... porque me molestarás tanto que no pararas durante toda mi estadía – Arthur comenzó a limpiar la blanca cocina, que en esos momentos era todo menos blanca.


Por su parte Alfred hacía posesión de todos sus conocimientos en películas y series en donde el crimen era lo importante, no quien lo había realizado.


- Bueno...por el polvo... podemos decir que es algo con harina – Alfred tocaba las pareces y olía rápidamente el delicado polvo gris que reinaba en la cocina.


- Di lo que quieras – Arthur limpiaba afanosamente, lástima que no tenía el espíritu alemán para limpiar.


- Bueno... lo podemos catalogar como un sí – Alfred se paseaba de un lado a otro... pensaba y pensaba. Había abierto todas las alacenas y lamentablemente como nunca utilizaba algo que no fuera el kétchup, mayonesa o mostaza, no tenía ni la menor idea de cuánto era la cantidad original del tarro.


En una o dos horas más o menos ya estaba la cocina pulcra y blanca, tal cual como se encontraba en el principio y Arthur se reía mientras veía las posibles hipótesis del estadounidense.


- ¿Ahora si me contarás? – Alfred volvía a mirar con su adorable carita a su mejor amigo.


- Sólo si me consigues un Cadbury1... hace mucho que no como chocolate – Arthur miro con incredulidad como Alfred sacaba del refrigerador un chocolate en barra.


- No es que esté en contra tuya... cuando vivíamos en Inglaterra, era lo único que comía – Alfred sonrío ampliamente a su amigo...estaba deseoso de saber que había pasado para que su cocina hubiera quedado en ese estado.


- Bueno... pero me interrumpes y eres hombre muerto – Arthur tomo un trozo de chocolate lo introdujo en su boca y solo cuando el sabor simplemente estaba en su interior comenzó con su relato.


- Hace un par de horas... iba en dirección a la cocina y una gran idea se me ocurrió. “¿Por qué no preparamos algo rico para poder cenar?”. Me dirigí a la alacena y vi que tenías puras cosas pre-hechas, entonces emprendí mi camino hacia el supermercado. Camine por sus grandes pasillos y encontré todo lo necesario para hacer un pie de limón. Tenía los limones, leche condensada y la harina para hacer la masa entre otros, estaba listo para la batalla. Entre mis cosas encontré ese viejo libro de recetas que mi padre me lo había regalado al ir a Alemania y me puse manos a la obra. – Arthur comió otro trozo de chocolate, comer ese chocolate en especial hacía que se sintiera en casa constantemente.


- Primero tome la azúcar y la mantequilla, costo unirlas, pero por fin se dieron por vencidas las dos. Luego agregue él harina y las otras cosas para terminar de formar la masa. Hasta ahora el miedo todavía me inundaba, pues hacia mucho que no cocinaba algo que no fuera inglés. Lo puse en el horno, por unos cinco minutos, quería que se cociera para poder aplicar las otras cosas después. La leche condensada y el jugo de limón se derrotaron fácilmente, se miraron y cayeron rendidos a mi tenedor para unir. El relleno estaba listo y lo aplique a la masa cuidadosamente, costo, pero se logró. Después venía el merengue, lo más fácil dirían algunas personas, pero para mí es realmente un desafío. Las claras con mucha altanería miraron a la azúcar como si de menos se tratara, pero mi arma era más poderosa y es que la batidora es mortal querido amigo. Y finalmente luego de un rato ya tenía listo el pie de limón – Arthur terminó comiendo otro trozo de chocolate.


- Sí... sí, lo que no logro entender cómo es que la cocina exploto – Alfred tenía esa duda que todos teníamos en ese momento.


- Pero si el pie de limón esta en el refrigerador... lo que exploto fueron los entremeses que preparaba y por desordenado de paso... mira te cuento. ¿No tienes té? – Arthur miro a su amigo y esta rápidamente le tenía una humeante taza de té para servir.


- Bueno... al terminar el pie de limón, con el ego por las nubes lo guarde en el refrigerador y me quede mirando el merengue que había sobrado de la mezcla. ¿Qué podía hacer?... encima del mesón, estaba el soplete que había utilizado para quemar las puntas del pie de limón, la bolsa de harina totalmente desparramada y finalmente el bol con merengue en un costado. Algo de imaginación y rudeza ante mi hazaña anterior, tome con cuidado una placa de silicona y comencé a esparcir el merengue en pequeñas partes. Al finalizar tome el soplete y apreté el gatillo, este me respondió con una actitud grotesca y rápida, no podía controlarlo, se manejaba solo. ¡Qué podía hacer!... pensaba una y otra vez, el soplete con la gran cantidad de gas que tenía soplaba una gran cantidad de cosas, entre ellas la harina que con el contacto con el fuego tomaba ese color grisáceo que tanto te llamo la atención, luego pude apagar el soplete con harina por todas partes. Podía escuchar pasos desde lejos, supe que eras tú y no sabía qué hacer y en el momento en que tiré el soplete al suelo exploto en parte y sentí tus brazos tirando de mí y sabías que me habías encontrado con ese enorme desastre.- Arthur estaba bastante avergonzado luego de su historia.


- En resumen... yo soy todo un héroe – Alfred ya se había convencido, el dolor que había sentido el inglés al verlo a él le había dado fuerzas para decidir lo quería hacer. Miro el refrigerador, lo abrió y tomo el pie de limón y lo llevó a la mesa en donde el inglés aún estaba avergonzado. Busco dos cucharas y le paso una.


Y con una sonrisa le pregunto - ¿Comemos? – Una gran y sincera sonrisa apareció en la cara del inglés había aparecido con una gran felicidad interna.


- Delicioso – Alfred miro a su amigo y la sonrisa debajo de su voluptuoso cabello se notaba.




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Lo escribí para un trabajo, así que por eso tiene esa mini introduccion xD.Lo otr, no tiene lemon ni nada por el estilo porque quería probar si podía escribir algo que no fuera meramente para babear, si no más tierno :3


Saludos


Meems


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